Se trata de una intervención en un local comercial de 100 m2 construidos más 75 m2 de terraza, donde la prioridad era conseguir un espacio lleno de luz y de aires mediterráneos. Para conseguir esto, se basó la intervención en priorizar el uso del blanco en combinación con texturas artesanales, maderas naturales y la textura del barro y el cemento como complemento. Consiguiendo así un espacio luminoso, atemporal y acogedor.
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