Se trata de una intervención en un local comercial de 70 m2, donde la prioridad era conseguir un espacio funcional, acogedor y minimalista.
Para conseguir esto, se hizo una redistribución del espacio para optimizar la distribución de las salas, adaptándonos al programa de necesidades y la normativa de accesibilidad. Se cuidó la iluminación tanto natural como artificial y se estableció una clara estrategia estética, dominada por los tonos neutros y la madera.
Consiguiendo así un espacio homogéneo, cálido y lleno de paz.